Hoy 16 mayo teniamos un ambicioso programa, que incluia salidas al mas alla de Manhattan, en particular, Brooklyn. Hace dos semanas vimos la parte de DUMBO y Brooklyn Heights, y hoy queriamos ver otros de los barrios mas representativos de este borough. Empezamos cogiendo el metro a Grand Army Plaza, en la esquinita mas al norte del Prospect Park, la respuesta de Brooklyn al Central Park de Manhattan, y que ademas fue diseñado por los mismos paisajistas. Cuando bajamos del metro, vimos un pot-pourri que incluye una estatua de Kennedy, otra con un Neptuno muerto de la risa (cruel colchonero), y un arco del triunfo con los heroes de la Guerra Civil. Bronce para exportar.
Parece ser que esta plaza fue diseñada con la Etoile de Paris como inspiracion, de ahi ese arco del triunfo, que en este caso engaña, ya que tiene en lo alto una cuadriga victoriosa, parecida a la de la Puerta de Brandenburgo.
En este parque esta tambien el Jardin Botanico de Brooklyn, distinguido por una plantacion de cerezos, pero como en su pagina web dicen que no estaban floridos, pasamos de botanica y nos fuimos a ver antropologia.
La Walking Card 44 prometia una sucesion de lujosas residencias en la bajada por el oeste del parque, y no se equivocaba.
Al bajar por el barrio Park Slope, que se aleja del parque hacia el oeste, las casas no eran tan aparentonas, pero tenian el encanto de esas filas iguales, con las escaleras a la entrada para charlar con los vecinos y rajar de las vecinas. Muy coqueto, y paraiso del brownstone.
El barrio es muy tranquilo, pero en las avenidas hay mas vidilla, y el colmo es la quinta avenida de Park Slope, con un monton de restaurantes y tiendas muy originales. Tambien hay alguna sorpresa, como este edificio de aqui.
Pensamos que eran unos calabozos, pero resulta que es un instituto! Atencion a la siguiente foto: quien es el tipo de los pantalones cortos?
Wrong! No es un molester que ande detras de las chicas, es el guardia del instituto, que las ha intercepatdo antes de que pudieran escaparse de pellas.
Paramos a comer en un italiano que habia en el cruce con la calle Berkeley, llamado Campo de Fiori, y que se quiere hacer un nombre con el tipo de pizza supuestamente romano: "pizza alla palla", crujiente por abajo, jugosa por arriba, y que se puede comer con dos dedos sin doblarla. Y cuadrada, por si alguien aun no sabia distinguirla. Pues venga una con berenjena, pesto y parmesano. Tremendisima, que pizza mas buena! Ana no tenia tanta hambre, y se pidio unas patatas con salchicha, bien de sabor, pero sin pasarse. El vino, directamente peleon.
Despues de comer queriamos caminar al parque Fort Greene, que no esta muy lejos, pero como pasaba un bus y tenemos las tarjetas MTA, alla que nos montamos. Por si alguien se despierta desorientado en una acera despues de una noche de farra, y no sabe donde esta, puede tener una primera pista por la numeracion de los autobuses, marcados aqui con una B, a diferencia de los de Manhattan, que se numeran empezando con una M.
Nos bajamos en el gran intercambiador de trafico de Atlantic Terminal, y nos encontramos con el que, de momento, sigue siendo el edificio mas alto de Brooklyn. Una caja de ahorros.
Luego fuimos hacia el parque, viendo de camino otras lindas casas en fila con detalles en los enrejados dignos de retratarse, y cafes curiosos.
En lo alto del parque esta el Monumento a los Martires del Barco-Prision. Este monumento rememora un episodio feo de la Guerra de Independencia: los ingleses improvisaron unas carceles para los rebeldes que habian atrapado en forma de barcos medio hundidos en el East River, lejos de la vista de Manhattan. Los prisioneros malvivian en condiciones infrahumanas, y murieron como chinches. Ahora bien, esto ocurrio en 1776, y me quedo sin saber que pinta aqui el monumento, y no donde acaecieron los hechos -tal vez cuando decidieron alzar esta columna (1908), el sitio en cuestion estaba ya tomado por los astilleros de la Navy? Suena plausible.
Seguimos hacia el cruce de la calle Fulton con la avenida Lafayette, que es una animada interseccion con terracitas y rollos varios, que frecuentan los alumnos de la cercana Brooklyn Academy of Music, BAM. Unos pocos de ellos se fumaban unos canutos con gran excitacion en la mesa de al lado, pero no conseguian hacerle sombra al genuino color local.
La siguiente etapa del ambicioso programa era el barrio de Carroll Gardens y Cobble Hill, muy cerca del Brooklyn Heights de la otra semana, y a la vez tan lejos! Nada mas salir del metro en la calle Berger, algarada de chavales de instituto, todos ellos con antecedentes en su haber o al caer, y la policia calmando los animos. Como ya habiamos hecho bastante turismo antropologico por este distrito, decidimos ir al grano, y presentarnos directamente en el Transit Museum. De camino, visiones del futuro que aguarda a los chavales de antes: y esta si que es una carcel de verdad!
Como en todo Nueva York, lo nuevo fagocita a lo viejo a marchas forzadas.
El museo esta dirigido por la MTA, y es una estacion de metro entera, llena de vagones de todas las epocas, con abundantes explicaciones de la historia y artilugios de esta compañia. Resulta que los mamones cierran a las cuatro, solo quedaba media hora, y esta claro que el tema Stajanov no era para los empleados, asi que tuvimos que verlo a buen ritmo. Los vagones son una chulada, tambien los hay, claro esta, de cuando el metro era por trenes elevados.
Este es el mapa de las lineas de dicho tren elevado:
Tambien hay un espacio dedicado al arte instalado en muchas estaciones. Con cualquier excusa, te hacen una obrita curiosa, de ceramica o de mosaico.
Tambien hay un espacio dedicado al arte instalado en muchas estaciones. Con cualquier excusa, te hacen una obrita curiosa, de ceramica o de mosaico.
Como celebramos el centenario de la Grand Central Terminal, de la que el metro es parte integral, habia una exposicion dedicada a su construccion, que realmente no tuve tiempo de ver con detenimiento. Aunque si quiero poner estas fotos de como era el parque de vias antes de que Vanderbilt las enterrara. Y ahora es un terreno exclusivisimo!
A las cuatro-cero-cero nos echaron con cajas destempladas, y para quitarnos el sofoco nos metimos a un Shake Shack que vimos al lado del ayuntamiento (mas sobre este tema despues). Para que los americanos no se pongan gordacos, en el menu que cuelga sobre el mostrador (esto esta organizado como un McDonald's) te avisan de las calorias de lo que te vas a embuchar. Me tienta eso del postre de 930 calorias, por lo menos, no engañan: "Hormigones"
El ayuntamiento: como en 1898 se fusionaron (o los fusionaron) para formar el Gran Nueva York, y el City Hall esta en Manhattan, pues estos pobres se quedaron sin ayuntamiento, pero como ya tenian el edificio, lo rebautizaron como Borough Hall, y tan felices. Muy bonito, y con unas vistas agradables.
Aqui mismo nos cogimos el metro para volver al apartamento, merendar algo, y echar una siestecilla. A las siete, otra vez al metro, pero direccion norte: vamos al teatro David H Koch, sede del New York Ballet. Actuacion con coreografias de Martins y Robbins, ambos antiguos coreografos jefe de esta gran compañia.
Empezamos con musica de Duke Ellington. Puro glamour de Music Hall! Luego viene Infernal Machine, musica fascinante de un tal Christopher Rouse, con una coreografia para dos igualmente fascinante. Sigue otra actuacion para dos mas discreta, y luego Hallelujah Junction de John Adams, interpretada por dos pianos, con una interesante actuacion de pareja mas third wheel, acompañados de un pequeño corps de ballet. La guinda final: West Side Story! En ballet? Nada mas logico, ya que la idea original de este musical fue del mismisimo Jerome Robbins, el coreografo, que le pidio la musica a Leonard Bernstein, y la letra a Stephen Sondheim. Que bien sigue sonando, y como se mueve Anita! Ya han pasado 56 años desde que se estrenara, y despues de todo ese tiempo, el drama (abreviado) de Maria y Tony con estos dioses del movimiento, y en este teatro con lamparas que parecen diamantes de Tiffany's... viva Nueva York!
Al salir, este conjunto impresionante que es el Lincoln Center.
Para orientarse por Brooklyn, unos mapas de situacion.
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