Como sugiere el titulo, el 8 de mayo fue un dia completito. Por la mañana llovia a cantaros, lo que en el glosario del viajero equivale a dia de museos. Como este glosario se publica en 193 idiomas, cuando llegamos al Guggenheim habia una cola tremenda aguantando el chaparron. Por suerte tenemos el Explorer Pass, que en este museo te permite el acceso rapido, y pudimos entrar directamente, a salvo de la lluvia, y ante la mirada de mosqueo de los pobrecitos que tenian que seguir haciendo cola. Cuando pasamos al interior, habia mas gente que en el metro, y a los de afuera los dejaban entrar con cuentagotas, como para las plazas de un parking: solo entras cuando queda un sitio libre.
Tienen expuesta permanentemente la coleccion Thannhauser, una pequeña pero matona muestra de Cezanne, Picasso y van Gogh, entre otros grandes. El resto son exposiciones temporales, y la principal era una de artistas del movimiento Gutai, que parece que le dan mas importancia a la originalidad del proceso de creacion que al resultado final. Comienzo dudoso, pero acabo gustandome. El arte Gutai tiene un efecto potente sobre algunos aficionados: al bajar vi un grupo en actitud de contemplacion extatica. Giro la columna, y descubro que el objeto de observacion era el ascensor. El edificio es una chulada, vas subiendo por una rampa y viendo las obras, y en el vano central hay montada una instalacion de tubos de plastico rellenos de liquido de colores.
Ana tambien se animo a crear su propia obra.
Tambien habia una seccion de arte del sudeste asiatico, y quiero resaltar un oleo de un pintor filipino donde aparecen un F-16 sobrevolando Afganistan a la izquierda, y las palabras pronunciadas por el presidente McKinley cuando nos birlaron esas dichosas islas, a la derecha. Me veo obligado a reproducirlas: "We could not give them back to Spain -that would be cowardly and dishonorable; we could not turn them over to France or Germany, our commercial rivals in the Orient -that would be bad business and discreditable; we could not leave them to themselves -they were unfit for self-government, and they would soon have anarchy and misrule worse then Spain's was; and there was nothing left for us to do but to take them all, and to educate the Filipinos, and uplift and civilize and Christianize them and by God's grace do the very best we could by them, as our fellow men for whom Christ also died." Es decir, que el nation building tiene antecedentes historicos.
Salimos del museo y bajamos por la quinta avenida en bus, con idea de almorzar en los grandes almacenes Bergdorf Goodman. Nos esperabamos un sitio con clase, pero esto es exagerado: un bolso de marca de la casa, 2250 dolares! La proporcion dependientes/clientes es de 9 a 1, esto es überpijo, y el Bijenkorf a su lado parece una merceria de barrio. Subimos al restaurante en la septima planta, y la cosa se va haciendo menos ostentosa. Nos esperara un kebab al culminar la escalada? De eso nada, el salon tiene unas esplendidas vistas sobre Central Park, pero el ambiente nos resulta demasiado formal para tomar un algo rapido, asi que cambio de planes. Nos asomamos al cafe de abajo, puesto muy moderno, pero no nos vemos con ganas de pasar el rato en un sotano, asi que acabamos entrando en un deli normal y corriente.
Siguiente etapa: Japan Society, junto a las Naciones Unidas. El Chrysler puede acechar tras cualquier esquina, aunque hoy tenia migraña.
Es una sala mediana de exposiciones de tematica japonesa, y ahora mismo tienen una sobre el ukiyo-e, la asombrosa tecnica de impresion de laminas mediante grabado en madera, con diferentes bloques de madera para los distintos colores: xilografia. Las laminas expuestas son de mediados del XVIII a mediados del XIX, aunque hay alguna contemporanea, de artistas inspirados en las originales. Hay de todos los temas, actores en el teatro, señoritas en el barrio rojo, paisanos sorprendidos por un aguacero. Hasta guias de viaje, que al parecer el turismo interior empezo a extenderse en Japon a finales del XVIII. Como no me dejan sacar fotos, copio unas de internet, que tambien estaban en la exposicion: la primera de 1833, la segunda de 2011. Extraordinarias.
Junto a la Sociedad del Japon me encuentro con la Holy Family Church, y me detengo a ver las vidrieras.
De aqui, directos al teatro Eugene O'Neill, calle 49 junto a Broadway. Camino del metro el dia se va arreglando, y los cañones urbanos de la avenida Lexington lucen esplendidos.
Tenemos entradas para ver The Book of Mormon, la sensacion del momento en cuanto a musicales, de los creadores de South Park. Divertidisima, unos chavalillos mormones se preparan para pasar dos años de misiones en el extranjero, y al macho alfa de la clase, que esperaba ir a Orlando, lo mandan a Uganda con el pringado del grupo. La musica es muy buena, y cada una de las canciones se 'roza' con grandes hits de ahora y de siempre, lo que las hace reconocibles y originales al mismo tiempo. No se como esta el copyright, pero me suena que se podian fusilar hasta tres acordes antes de considerarse plagio, y estos lo han aplicado al pie de la letra. El decorado hay que verlo para creerlo. El espectaculo es grandioso, se pasan dos horas y media como si fuera el coffee break de Gordon Gekko, y salimos con una sonrisa de oreja a oreja. El tono en general oscila entre lo irreverente y lo blasfemo, pero los perdonaremos, porque no saben lo que hacen (una cosa si saben hacer, great comedy).
Para rematar la noche, racion de pizza en Angelo's Pizza, poquito mas arriba en Broadway. Habia leido los comentarios en nymag.com, y la realidad no se desvia una coma: restaurante sin florituras, pizzas gloriosas.
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