Nos acercamos a ver unos curiosos edificios cerca de la ONU, la Tudor City, conjunto residencial formado por varias torres de apartamentos. Como esta zona Este de Nueva York fue invadida por fabricas y mataderos hacia 1850, estos edificios se construyeron alrededor de un coqueto parque, y orientadas hacia el parque, para aislar a los residentes del entorno poco bucolico. Los edificios son de 1928, y son preciosos, pero no se como seran de confortables, ya que el edificio tiene valor historico, y hay muchas restricciones a las posibles mejoras y actualizaciones. Anda, que sorpresa, vemos que en la Tudor Tower hay una open house de un apartamento que ponen en venta. Vamos a fisgonear.
El doorman, borde como es regla, nos deja pasar por esta vez, y podemos admirar el portal del edificio, que parece una catedral gotica, todo piedra tallada y vidrieras. Subimos al piso 19, y nos dirigimos a la unidad en cuestion. Por los giros que da el pasillo, me digo, "esto debe estar orientado al parque, vengan esas vistas".
Espectacular, al tener delante el parque y unos edificios bajos, hay una vista ininterrumpida de Midtown, y se ve el Chrysler enterito (bueno, se veria sin la niebla, es el que esta al fondo a la derecha, en la ventana de la izquierda). Para compensar, un interior algo modesto.
Para hacerse una idea de lo que es la vivienda en Manhattan, hay que entender que el coste aqui tiene dos componentes, una es el precio de adquisicion, y otra el coste fijo de mantenimiento. Por este apartamento de un dormitorio, vistas geniales, barrio bonito pero algo desangelado, e interior de tiempo de entreguerras pedian 420.000 dolares. Caro, pero asumible. Luego hay que ver que la junta de vecinos tiene que admitir al nuevo propietario, para lo que hay que presentar curriculum vitae, informacion fiscal y bancaria completa, carta de motivacion, posibles referencias de anteriores vecinos, y entrevista personal. "Son unos hijos de puta,", nos comentaba un amigo que vive en la ciudad, "les tienes que contar toda tu vida, y si no les gustas, te dicen que no y punto, sin darte ninguna explicacion". Si, como suena, esto es un co-op, una sociedad por acciones, y si compras este piso, lo que te venden es una participacion concreta en el edificio, y cuando quieras venderlo, necesitas la aprobacion de los vecinos. Y si tienes una buena oferta, y la junta la rechaza, te aguantas como Herodes!
Despues de esta pequeña gymkana vecinal, orquestada por el Hitler de escalera, te instalas en tu flamante vivienda, y en esto que te llega el recibo de la comunidad. El recibo incluye, por ordenanza municipal, los gastos de agua y calefaccion, y en este caso concreto, tambien la electricidad (el edificio no tiene gas natural). Ademas, claro esta, el sueldo de porteros, limpieza, derramas, etc. Que, 1400 dolares al mes!?! Pues si, porque aqui todo cuesta un Congo, y una parte importante de ese recibo son los impuestos municipales, que como vimos en la visita a City Hall pueden ser una salvajada, ya que Gallardon es un cuaquero del gasto comparado con la banda al frente de New York City.
Buscamos un sitio para tomar un cafelillo y reconfortarnos de lo bien que se vive en Holanda, pero por aqui no encontramos mas que el bar de Moe, asi que nos metemos en el Hilton. Muy simpaticos, buen cafe, pero 15 dolares por un black y un capuccino.
Sigue lloviendo sin piedad, y nos vamos a Eataly, en Madison Square Park, a ver si comemos algo. Una vez alli, esta a reventar de gente, asi que nos compramos una caballa, una tarrina de langosta y un poco de pasta nero di sepia para hacernoslo en el apartamento. Al llegar alli, me paso por el kiosko de TKTS, y resulta que les quedaban entradas para Avenue Q, un musical que tenia buenas criticas. Aqui siempre se pueden encontrar gangas, y las entradas tenian una rebaja del 40%.
El show era a las siete y media, y lo que hicimos fue merendar algo, con la idea de cenar la pasta a la vuelta. Llegamos al teatro New World Stages, en la calle 50, entre las avenidas 8 y 9, y nos preguntamos donde estaba el teatro, porque aquello parecia una caseta modesta con pocos posibles. Pero al entrar, resulta que el teatro es como el bunker de Hitler (el de verdad, no el de los vecinos), desciendes algo asi como 15 metros, y tienen repartidas por el subsuelo cinco salas nada menos. Y esto es off-Broadway!
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Aqui no se ve gran cosa, pero en fin, ustedes me entienden. Al entrar a la sala, siempre te avisan que esta prohibido sacar fotos y grabar, pero bueno, una fotillo del escenario antes de que empiece la funcion siempre cuela. Pero en este caso, no f***ing way, me viene la acomodadora y me dice que nada de fotos, y que borre las que haya sacado o me echan! Vaya dia llevamos, esto es la Gestapo.
Empieza la obra, en un escenario con unas casas estilo Hell's Kitchen y unos veinteañeros quejandose de la mierda de vida que llevan. Algunos actores llevan unos muñecos como para hacer de ventrilocuo, les sincronizan la boca con el dialogo, y se mueven al unisono con el actor que los lleva, el efecto es superdivertido! La obra es una chorrada como la copa de un pino, pero nos hemos hartado de reir. Memorable escena torrida de dos marionetas, es que nos partimos de la risa! No puedo contar mas, porque temo las leyes de copyright como un nublado, y estos son peores que Teddy Bautista antes de que le cortaran el pelo.
Salimos del teatro, todavia quedaba lluvia en las alturas para regar a los viandantes, y volvemos por el Theater District, que con la fina llovizna y la potencia de los luminosos esta todo encendido como una guirnalda de colores. Llegamos al apartamento, nos cenamos la pasta con langosta, y a dormir.
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