Ayer 30 de abril pensaba llevar a Ana a la Neue Galerie para que viera los Klimt y le hicieran los ojos chiribitas, pero inexplicablemente se me paso por alto que cierran los martes y los miercoles, asi que tuve que improvisar un plan B.
La idea fue hacer un safari arquitectonico entre las avenidas Quinta y Park/Madison, de la calle 86 a la 72. Segun la New York Landmarks Preservation Foundation, este area se desarrollo a partir de la construccion de Central Park entre 1857 y 1877 (no esta mal, si comparamos con que el Empire State Building se construyo en poco mas de un año). Arranco con unas Brownstones de estilo italianato y neo-griego en los años 1860-1880 pero a medida que los magnates de la ciudad le fueron viendo la gracia a lo de vivir cerca del parque se fueron viniendo de las calles 30 y 50 para hacerse construir autenticos chateaux de estilo beaux-arts y neo-frances. Con el siglo XX cambio el gusto y se paso al revival neoclasico, y empezaron a levantarse lujosos bloques de apartamentos. Recuerden estos nombres: McKim, Mead & White. El omnipresente estudio de arquitectura sin el cual Nueva York tendria otro rostro.
Aqui van algunos ejemplos:
En la calle 84 habian cortado el trafico entre Madison y Park y habia un monton de nenes en uniforme jugando en la calle. Resulta que era el recreo del colegio de los jesuitas que hay en la orilla Sur, y por lo que se ve no tienen otro patio donde salir a correr. Enfrente tienen el instituto, y al lado la iglesia de San Ignacio de Loyola, a la que se puede acceder por una minuscula entrada que se abre a esta gigantesca recreacion que podria casi encajar en Roma.
Estos barrios selectos andan escasos de comercio, y buscando un sitio donde hacer una parada tecnica, nos encontramos sin comerlo ni beberlo en el Bar Boulud, calle 76 con Madison. Realmente es mas bien un restaurante, aunque nos sentaron en la terraza para tomar unas bebidas. En el interior, clientela venerable que viene a almorzar con chaqueta y corbata. Y si les preguntas, apostaria que al tuxedo lo llaman dinner jacket. El portero del hotel anexo era un argentino que llevaba 45 años en Nueva York. Confirmo que los vecinos del barrio no parecian sufrir el impacto de la crisis, y nos informo de que las casas nobles que hay arriba retratadas rondan los 15 millones de dolares. Esto va en linea con los carteles que vimos por la mañana en una agencia inmobiliaria, que ofertaba apartamentos por el barrio a entre dos y seis millones. Gastos de comunidad mensuales de alrededor de 10.000 dolares.
Reality check: seguimos hasta la 72, cogimos el bus a York Avenue, y pudimos comprobar como cambia radicalmente el aspecto de los apartamentos y los comercios a medida que uno se aleja hacia el Este. Aun asi, el toque indiscutiblemente neoyorquino sigue presente.
En la calle York cogimos el bus 31 para subir hasta la calle 86, y alli nos bajamos para ver el parque Carl Schurz. Esta zona de Yorkville fue un enclave de poblacion alemana muy importante a principios del siglo XX, y por esta misma calle 86 desfilaron los afiliados del Amerikadeutscher Bund con banderas estadounidenses y nazis en el año 39!
Al final de la calle se llega a este grandioso parque con vistas señoriales de los edificios de apartamentos por el lado Oeste:
Y de todo el East River, y en particular de Governor's Island por el Este.
Pasamos a ver la Gracie Mansion por fuera, residencia del alcalde de Nueva York hasta que Bloomberg dijera "la mia es mas grande", y nos encontramos con otro jardin comunal mantenido por voluntarios, que curiosamente esta dentro del propio parque.
Cogimos el bus 86 para cruzar Central Park, y llegamos a la New York Historical Society. En la planta baja tienen una exposicion sobre el papel de Nueva York en la II Guerra Mundial, donde presentan en que partes de la ciudad se desarrollaban operaciones relacionadas con el proyecto Manhattan, y tambien cuentan como la Armada recurrio a contratar mujeres para trabajar en los astilleros, despues de que en el 42 se declarase el servicio militar obligatorio y mandasen a todos los hombres a pelear.
En la planta baja hay tambien un auditorio donde proyectan cada media hora un documental de 18 minutos con la historia de Nueva York. 400 años divididos entre 18 minutos dan para lo que dan, pero solo por las vistas aereas de Manhattan en una pantalla de 25 metros de ancho merece la pena. En el tercer piso hay una exposicion de muebles, lamparas Tiffany y objetos cotidianos, pero el plato fuerte de esta Sociedad es la exposicion The Birds of America de John James Audubon.
Nuestro hombre fue nacido de franceses pero emigrado a America con 18 años, y con una biografia de lo mas peripatetico. Desde joven sintio una gran atraccion por el mundo de las aves, y de forma autodidacta aprendio a cazarlas, disecarlas y presentarlas en arreglos que reflejaban con exactitud pasmosa el habitat natural en que estas vivian. Fue desarrollando su pericia para dibujar estos bodegones hasta alcanzar una calidad en la representacion inigualable. Para transmitir el color, brillo y textura de las diversas partes de un pajaro era capaz de combinar, en una misma lamina, todas las tecnicas imaginables: acuarela, pastel, tinta, lapicero, carboncillo, toques de gouache, pigmento de plomo blanco y veladura selectiva (glazing).
La coleccion crecio hasta alcanzar la friolera de 435 laminas, en formato "double-elephant folio". Un esfuerzo de 14 años de trabajo de dedicacion completa. Realmente el trabajo lo realizo con ayuda de un equipo de asistentes, que lo acompañaban en sus expediciones y participaban en la preparacion de especimenes y en la ejecucion de las pinturas, aunque no esta claro hasta que punto se extendia esta colaboracion.
Para financiar esta gigantesca empresa, Audubon se asocio con Robert Havell Jr, y fundaron un modelo de negocio consistente en que Audubon realizaba las laminas y ofrecia vender copias por entregas a una serie de suscriptores, muchos de ellos miembros de la realeza. Las laminas originales se hacian llegar a Havell, que hacia las copias para suscriptores mediante grabado al aguatinta. En resultado final era el libro completo con las 435 copias y un tamaño mastodontico, absolutamente fabuloso.
No estaba permitido sacar fotos en el museo pero si en el cafe de tematica italiana.
Teniamos reserva para cenar en la Trattoria dell'arte, en la septima avenida bajo Central Park. De camino para alla, y en la esquina de la septima con la 58 nos encontramos... este apabullante edificio de apartamentos. Alwyn Court Apartments, del año 1907, con una fachada de renacimiento frances con relieves de terracota por toda su superficie.
Tambien de casualidad pasamos por la Art Students League, y subimos a ver la galeria, con trabajos de los estudiantes. Me gustaron mas las esculturas que las pinturas.
El restaurante estaba a reventar, un sitio algo ruidoso, pero muy animado y con excelente comida. Recetas sencillas, pero que materia prima! Los zucchini parmigiana estaban asados a un punto delicioso, y las vieiras, fresquisimas, las habian hecho a la brasa con una pizca de mantequilla. El crab cake de Ana supone una nueva dimension, tanto por proporcion carne/aglutinante, como por la frescura del mismo. Muy intenso, y encima enorme. El vino mejor olvidarlo, pero la comida, fantastica.
Teniamos reserva para ver el Black Art Jazz Collective en el Dizzy's Club, parte del emporio Jazz at the Lincoln Center. La sala tiene forma aproximada de U, con asientos de barra en las paredes Norte y Oeste, y la barra de bebidas en la pared Sur. Un espacio central con mesas donde se puede cenar, y enfrente... una cristalera loft a lo largo y ancho de toda la pared, con el skyline de Nueva York como telon de fondo de los artistas sobre el escenario. Pueden tocar la musica que les parezca, que con esta escena, la noche ya ha sido grandiosa.
Los chicos del Collective suben al escenario, un sexteto con saxo, trompeta y trombon al frente, y piano, contrabajo y percusion al fondo. Repertorio variado que tambien incluye composiciones propias de los chicos de la banda. Repertorio algo irregular, con algun numero torrido con sensuales solos de trompeta (The Essence of Beauty), pero otros muchos donde los vientos se echan a un lado y tenemos largas travesias de jazz obsesivo y falto por completo de melodia.
Al salir vi que 6 Columbus estaba por detras de las tiendas, al suroeste de la plaza. 6 Above Columbus, ya te pillare algun dia! Pero hoy es tarde y nos vamos a dormir.
Fotos del Jazz, fotos...
ResponderEliminarMuy chulas las fotos y mucha envidia el viaje!! Os seguimos por aqui! Teneis un mail en vuestra bandeja de entrada con restaurantes por si os apetece!! Poner mas fotooooos! Besos
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